Por amor al arte
Entre el año 101 y 106, Apolodoro de Damasco, un arquitecto romano, realizó la Columna de Trajano para su reinado. Se trata de una obra escultórica de alrededor de 30 metros de altura completamente tallada donde se habla de la victoria del emperador ante los dacios. Además de esta obra, es conocido por muchas otras como el panteón de Agripa en roma, realizadas todas ellas por amor al arte.
En el Barroco, uno de los grandes maestros de la pintura es Velazquez. Tras una larga juventud como aprendiz, fue nombrado pintor del Rey Felipe IV. Durante este tiempo se encargó de retratar de distintas maneras a la Corte española. Entre estos retratos, se encuentra la reconocidísima escena de las Meninas. Por supuesto, dedicó toda su vida al aprendizaje y la pintura por amor al arte.
La modernidad arquitectónica llega en el siglo XX de la mano de grandes arquitectos de entre los que destacan por ejemplo Wright, le Corbusier o Mies van der Rohe. De este último tenemos muy presente el pabellón alemán que realizó para la Exposición Universal celebrada en Barcelona, un edificio que debía reflejar el estatus de la República de Weimar tras la recuperación de la Primera Guerra Mundial. Su construcción no hubiera sido posible de no ser por amor al arte.
De buenas a primeras, resulta algo desconcertante esta breve introducción pero la veía necesaria para el arranque del tema de esta entrada:
La experiencia personal de una persona de mi círculo más cercano de amistades, me demuestra cada vez más que, efectivamente, la gente de la calle necesita mejorar su visión del arte. ¿Deberían culturizarse un poco más en ese sentido?
Lo que quiero expresar con esto, es el sentimiento de impotencia que me produce ver lo infravalorado que está el arte, ya que la gran mayoría cree correcto pedir a un simple conocido que te haga un proyecto artístico. No importa si es de decoración, un arreglito en una prenda, un cartel o unas fotografías, porque para nada piensan que sería una falta de respeto pedírtelo a modo de favor o a cambio de invitarte a un café.
Lo que es inexplicable, es por qué si vamos al supermercado a comprar, llevamos el coche al mecánico o incluso asistimos a unas clases particulares, no se nos pase por la cabeza que ese producto lo vayamos a obtener de forma gratuita o a cambio de algo. También es inexplicable por qué actualmente sucede esto mientras que, en el pasado, como comentaba en la introducción, los artistas de diferentes épocas eran remunerados por su trabajo y no eran cuestionados por ello, sino todo lo contrario.
Lo que es inexplicable, es por qué si vamos al supermercado a comprar, llevamos el coche al mecánico o incluso asistimos a unas clases particulares, no se nos pase por la cabeza que ese producto lo vayamos a obtener de forma gratuita o a cambio de algo. También es inexplicable por qué actualmente sucede esto mientras que, en el pasado, como comentaba en la introducción, los artistas de diferentes épocas eran remunerados por su trabajo y no eran cuestionados por ello, sino todo lo contrario.
Y es que, al igual que el resto de oficios o servicios, los artistas también deben cobrar tanto por los materiales utilizados, como por su mano de obra. Pero no queda ahí la cosa, porque muchos se llevan las manos a la cabeza con la fuga de cerebros, ya que es un sin sentido invertir en formar estudiantes que más tarde van a ser aprovechados en otros países. ¿Acaso no ocurre lo mismo con los artistas? Pasas los últimos años de tu juventud invirtiendo tiempo y dinero en unos estudios para poder vivir de ello, y acabas encontrándote una realidad totalmente distinta.
Aún así, hay quienes con tal de obtener el producto gratuitamente o peor aún, más barato, deciden confiar en cualquier otra persona que ni si quiera tiene nada que ver con el mundo del arte y el diseño. Que ojo, chapucillas que saben algo de bricolaje los ha habido siempre, pero nunca vais a ver a nadie pedir a la sobrina del vecino que te saque una muela porque te lo hace más barato que el dentista.
¿Por qué el arte merece este desprestigio? ¿Por qué confiamos en los profesionales de otros ámbitos menos en los del diseño? Porque en el mundo del arte, confiar en alguien cualquiera nunca va a ser sinónimo de fallo, fracaso o destrozo... pero un profesional del campo aunque hiciera un trabajo mil veces mejor, es muy caro por lo visto.
Para terminar, parece que el resto de profesionales como bien podría ser un profesor o juez, trabajan obligados y para nada de lo que les apasiona; pero el que se dedica al diseño, trabaja de lo que le gusta, o simplemente, por amor al arte.
¿Por qué el arte merece este desprestigio? ¿Por qué confiamos en los profesionales de otros ámbitos menos en los del diseño? Porque en el mundo del arte, confiar en alguien cualquiera nunca va a ser sinónimo de fallo, fracaso o destrozo... pero un profesional del campo aunque hiciera un trabajo mil veces mejor, es muy caro por lo visto.
Para terminar, parece que el resto de profesionales como bien podría ser un profesor o juez, trabajan obligados y para nada de lo que les apasiona; pero el que se dedica al diseño, trabaja de lo que le gusta, o simplemente, por amor al arte.
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