La casa más famosa de la televisión

El pasado jueves terminaba la última edición de uno de los programas más longevos de la televisión; Gran Hermano. En el año 2000 nacía este concurso de telerrealidad, casi como experimento sociológico, donde un grupo de concursantes anónimos convivían en un mismo espacio durante unos tres meses, aislados de la vida exterior.

Obviando la opinión que cada uno tenga sobre el programa como tal, creo conveniente nombrar la pieza clave donde se desarrollan todos los hechos: la casa.

Ante la incertidumbre de la acogida que tendría el programa por parte del público, la inversión en la construcción de ésta supuso el diseño de una vivienda muy sencilla y austera; en cierto modo, debía ser además similar a nuestros hogares ya que la conexión con el espectador debía ser lo más directa posible.

Con el paso de los años y con el fin de darle un aire nuevo a cada edición, la dinámica de ésta cambiaba y por tanto la casa debía adaptarse a las nuevas reglas del juego mediante la introducción de distintas estancias como cuadras, un supermercado, una suite, otra casa paralela, una habitación del revés, un jardín secreto o un club. 

En muchas de las ediciones el diseño de la casa seguía el concepto abierto, de manera que todo lo que ocurriese en una estancia podía ser visto y escuchado desde otra distinta, haciendo a los propios concursantes partícipes de todo lo que iba ocurriendo. 

Ilustración de Oscar Llorens, Gran Hermano 18

Por otra parte, la estancia más privada de la casa, que no es el baño sino el confesionario, también ha tenido una decoración muy especial; durante años ha estado presente el cuadro de Matisse "Las mil y una noches" de 1950, mientras que últimamente ha estado revestido por materiales de distintas formas, texturas y colores, e incluso por ilustraciones de distintos diseñadores gráficos. 

Ante el éxito del programa, muchas empresas del sector del mueble decidieron participar en el amueblamiento de la casa, la cual iba a ser expuesta durante 24 horas ininterrumpidas y durante su emisión en prime time. 

Así pues, la casa más famosa de la televisión ha tenido el placer de albergar los muebles más disparatados de la Feria Hábitat de Valencia, algunos de los diseños de Karim Rashid o Javier Mariscal e incluso ha hecho referencia al estilo de la interiorista Miriam Alía, dejando atrás ese lugar donde simplemente ocurría la vida en directo.