#INKTOBER
Como algunos ya saben, durante prácticamente todo el mes pasado, se celebraba en Múnich, Alemania, el Oktoberfest: la fiesta de la cerveza. Esta fiesta anual tiene lugar en una gran explanada conocida como el Campo Teresa. Allí los feriantes ofrecen principalmente, distintos tipos de cervezas elaboradas en la zona. Su origen se remonta a principios del S.XIX, como celebración de la unión entre Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia-Hildburghausen y por aquel entonces, consistía en una carrera de caballos que, tras su gran éxito, decidieron repetirla durante los años posteriores.
A raíz del nombre de esta festividad, Jake Parker, un ilustrador estadounidense, crea en 2009 el concepto de Inktober. Se trata de un reto en el que cada día del mes de octubre, está protagonizado por un término distinto, el cual deberá quedar plasmado en un dibujo. Las reglas son muy sencillas, y es que tan sólo se permite utilizar tinta, y una vez terminado deberá ser publicado en las redes sociales bajo el hastag #Inktober.
A simple vista, lo maravilloso del campo de la ilustración, es la rapidez en la que se puede obtener un resultado, y es que a pesar de que la realización de un dibujo pueda llevar más o menos tiempo, en la mayoría de los casos queda en lo que es. Si bien es cierto que en algunos casos, su resultado final sea llevarlo por ejemplo, a una animación o incluso a un mural de grandes dimensiones.
Lo que quiero decir con esto, es que, generalmente a diferencia de este campo, el diseño de interiores pasa por varias fases muy distintas, lo que hace que se trate de un proceso de diseño mucho más lento: desde los primeros bocetos a mano, pasando por su representación técnica a ordenador, hasta su puesta en marcha en la realidad. De esta manera, el dibujo en interiorismo, es tan sólo parte del proceso creativo y "nunca" un resultado final (aunque evidentemente un proyecto de diseño, sea cual sea, jamás pueda darse por terminado del todo ya que estará abierto a modificaciones).
A pesar de esto, me parecería muy interesante que los interioristas compartieran más a menudo no tanto su trabajo final, sino también el proceso de ejecución en la realidad y sobre todo, el proceso creativo realizado en papel, donde se puedan observar las primeras ideas de ese momento, la evolución que fue sufriendo el proyecto, etc. De esta manera, conoceríamos mejor qué es lo que llevó al interiorista a realizar el diseño de una manera u otra, y es que además, si no fuera gracias a esos apuntes a mano alzada, nada de las etapas que le suceden, podrían ser posibles.
A raíz del nombre de esta festividad, Jake Parker, un ilustrador estadounidense, crea en 2009 el concepto de Inktober. Se trata de un reto en el que cada día del mes de octubre, está protagonizado por un término distinto, el cual deberá quedar plasmado en un dibujo. Las reglas son muy sencillas, y es que tan sólo se permite utilizar tinta, y una vez terminado deberá ser publicado en las redes sociales bajo el hastag #Inktober.
A simple vista, lo maravilloso del campo de la ilustración, es la rapidez en la que se puede obtener un resultado, y es que a pesar de que la realización de un dibujo pueda llevar más o menos tiempo, en la mayoría de los casos queda en lo que es. Si bien es cierto que en algunos casos, su resultado final sea llevarlo por ejemplo, a una animación o incluso a un mural de grandes dimensiones.
Lo que quiero decir con esto, es que, generalmente a diferencia de este campo, el diseño de interiores pasa por varias fases muy distintas, lo que hace que se trate de un proceso de diseño mucho más lento: desde los primeros bocetos a mano, pasando por su representación técnica a ordenador, hasta su puesta en marcha en la realidad. De esta manera, el dibujo en interiorismo, es tan sólo parte del proceso creativo y "nunca" un resultado final (aunque evidentemente un proyecto de diseño, sea cual sea, jamás pueda darse por terminado del todo ya que estará abierto a modificaciones).
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