Pasado Pisado

Año 2040, Kelly y Yorkie son dos ancianas que permanecen durante sus últimos meses de vida en residencias de distintas ciudades. Aún así, llegan a conocerse gracias a un novedoso sistema que les permite viajar al pasado en una ciudad paralela, durante unas horas a la semana. Conocida como San Junípero, esta ciudad acoge tanto a visitantes como ellas, como a personas que, tras su muerte deciden vivir eternamente allí.

Este capítulo de la serie de ciencia ficción Black Mirror, muestra una forma de sumersión nostágica, la cual te lleva de nuevo a un mundo de recuerdos; unas veces por diversión y otras por la necesidad de experimentar cosas nunca vividas en el mundo real.

El concepto como tal no es nada nuevo, y es que a lo largo de la historia se ha creído en la manera de realizar viajes en el tiempo. Quizás muchos ni se plantean todo esto por su improbabilidad, pero personalmente es algo que me resulta fascinante por distintas razones.

Una de ellas es la posibilidad de visitar lugares que han ido desapareciendo con el paso de los años; entre ellas podríamos destacar ciudades como la de Pompeya en Italia o Troya en Turquía de las que al menos nos quedan sus restos, u otras totalmente inexistentes a día de hoy como la de Babilonia en la antigua Mesopotamia. 

Aunque no necesariamente hay que remontarse al pasado más lejano... mismamente al año 2001, antes de que desgraciadamente cayeran las Torres Gemelas de Nueva York o incluso al 2016 antes de la destrucción de las ruinas que quedaban de la ciudad de Palmira en Siria. 

Pero ya no sólo sería increíble poder conocer esos lugares, sino que también vivir su cultura y su forma de vida, completamente distinta a la nuestra. Imaginémonos por un momento la posibilidad de acudir a un baile de la nobleza barroca, escuchar verdaderos cantos gregorianos en una iglesia medieval o incluso, por qué no, vivir la misma juventud que nuestros padres.

Evidentemente, si ya casi es imposible viajar por todo el mundo, para hacerlo además a lo largo de las épocas necesitaríamos unas cuantas vidas más. De esta manera, creo que la idea de viajar en el tiempo se debería quedar en eso, en una idea, aceptando así que las únicas formas que existen ya están en nuestras manos, mediante la imaginación, apoyados a veces en la lectura o la música por ejemplo, o las películas históricas o de ciencia ficción. 

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